Historias de Ricardos

Me pasa algo con los nombres, yo que soy Carolina no me siento como una de ellas y un Ricardo me decia que se sentia un Ernesto, pero a mi, me caen bien los Ricardos.

Historias de Ricardos



El era el mas rico de la fiesta, justo como me gustan a mí, alto, moreno, con la sonrisa radiante, una voz que me encantaba, con personalidad, risueño... rico entero. Bailamos un rato pero nada, qué me iba a pescar, con un montón de minas babeando tras él. Hasta que al amanecer la fiesta terminó en la pieza con todos riendo y tomando los conchos de las ultimas botellas,y junto a mí, apretados en el sillon, estaba él: Ricardo, y como que empezamos a rozar las piernas y mirarnos de reojo, le tire una talla cuando me abrazó y él me tiró otra cuando le agarré la pierna... y así de risa en risa nos dimos el beso, y otro y otro y otro, y todos nos molestaban x lo precoz de nuestro amor. Mi Ricardo resulto ser mas desvergonzado que yo así que a los 15 minutos ya estabamos buscando un lugar más piola para terminar la fiesta. Las piezas ocupadas, los sillones ocupados,el baño ocupado... pero como la Porra es ingeniosa, ahi estaba la casa de muñecas abandonada, en un rincon del patio, asi que nos metimos, en la casita azul. Ufff que recuerdos me vienen a la mente: él sentado en la ventana y yo sobre él, dandole la espalda, yo afirmada en la repisa de las muñecas y Ricardo tras de mí, penetrándome como si fuera a juegos de niños, con un zapato y una sola pierna del pantalon puesta, con una pierna en la ventana, afirmada de la cortina rosada o en la mesita de 30 centímetros..el vaso de vino en el rincón, esperando para saciar la sed... Que buenos recuerdos de esa casa. Ese Ricardo me encantaba, cuando me decia: ''ven aquí'' con su voz ronquita y caliente.
O esa otra vez que nos encerramos en un baño y la dueña de casa se enojo y me echo de una porque le dije vieja menopausica, igual la fiesta se acabo por mi culpa, pero bueno, Ricardo se fue conmigo.
Nunca más me invitaron a esas fiestas.




Tenia unos amigos gay y lo pasabamos regio, saliamos a bailar, nos juntabamos en su casa y Ricardo era super amoroso, un tipo de verdad buena onda, tenía pareja: José Luis, años viviendo juntos. Cuando saliamos a bailar me cuidaban ene, me compraban tragos, y yo era la reina de la fiesta con ellos, la única mujer. Una vez me di un beso con Ricardo, en una disco, cuando me acompaño al baño, pero fue como a medias, como para salir de la rutina creo yo. El punto es que en su fiesta de aniversario n° 4 ahi estaba yo, bailando como pirinola, una Paulina Rubio cualquiera o Thalia o Madonna, toda sensual coqueteando con los minos por que al final ahí todo es un juego.
José Luis que era siempre piola, saco las garras y se acordo de su tiempo de heterosexual y después de unos merengues medios apretados y calentones ahi estaba yo, esquivando sus besos, todo el rato diciendo '' el Ricardo te va retar'', ''Noooo, no quiero que el Ricardo se enoje conmigo'', ''yiaaa, tú no eres así, a ti te gustan los hombres'' y me arrancaba y él me perseguia, y yo con ataque, de verdad, uno no se debe meter con los minos de las amigas y menos con los minos de los amigos. Entre las vueltas y las escapadas al baño oia las risas, los murmullos de los más amigos y me fui a la cocina a hablar con Ricardo.
-Puta Ricardo, no sé que onda-
-Relajate weona!!! si yo dejo que este cambie de olor de vez en cuando-
-pero en serio no estai enojado?
-nooo, dale no mas, como me voy a enojar?? si tu soy mi amiga poh weona! Zorra pero mi amiga!.
-pero en serio???
-en serio, dale no más.
-ya, dame un copete entonces poh weona!!
-jajajaja, jajajaja, jajajaja

Volví al living y al tiro me agarró José Luis y bailando me llevó contra la pared, era rara la sensación, mi autoestima por las nubes y a la vez la sensación de hacer algo prohibido a vista y paciencia del mundo. Igual nos dimos unos besos, y unos cuantos roces y apretones, a escondidas, yo me arrancaba al patio y él me perseguia. los demás miraban tras la cortina.
En la mañana mostraron la grabacion de la noche, era bastante evidente el interés del muchacho, José Luis bajaba la vista. Yo traté de hacer que todo siguiera igual, pero tampoco me invitaron más a esas fiestas.


Les debo el último Ricardo porque ese...ese es para largo.
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